

Conducir un vehículo de carga pesada no es solo mover toneladas sobre el asfalto: es asumir un compromiso absoluto con la vida. Cada maniobra, cada giro, cada frenada tiene un impacto multiplicado. Por eso, la responsabilidad vial de un conductor de carga trasciende la técnica; se convierte en un acto de profesionalismo, consciencia y respeto por quienes comparten la carretera. Un conductor responsable anticipa, evalúa y decide con precisión. Mantiene su vehículo en óptimas condiciones, revisa frenos, luces, neumáticos y carga antes de cada viaje. Sabe que un segundo de descuido puede desencadenar riesgos enormes, y por eso mantiene la concentración, controla la velocidad y cumple estrictamente con las normas de tránsito.


